Sodetec cuenta con instalaciones en el Parque Industrial Sur de la Ciudad de San Luis. Allí realiza el tratamiento de los desechos tecnológicos que recibe de parte de organizaciones públicas y privadas. Hasta allí se acercaron los los alumnos de 5° año de la Escuela Tecnica Fray Luis Beltran, a quiene recibimos y mostramos el proceso que la Fundación realiza, basándose en la Economía Circular, para cuidar el ambiente y generar nuevas oportunidades.
Jóvenes de sexto año de la Escuela Técnica N 7 Dr. Sadosky nos recibieron para conversar sobre Economía Circular. Los alumnos y las alumnas, se encuentran cursando el último año de su educación secundaria, a punto de definir la carrera universitaria con la que continuarán sus estudios.
Hablamos de la importancia de descubrir este nuevo paradigma de producción y consumo, de nuestra responsabilidad y compromiso con el ambiente, la sustentabilidad de las ciudades que habitamos y sobre la tecnología y el impacto en el presente y el futuro del trabajo.
Una hermosa experiencia compartida y muchas conclusiones para volver a pensar que mundo queremos para vivir y de que manera lo queremos dejar para las generaciones venideras.
¿Producir, usar y tirar? No, reducir, reusar y reciclar. El paradigma del actual modelo económico lineal podría estar llegando a su fin y su lugar será ocupado por la economía circular.
El actual modelo de producción y gestión de recursos, bienes y servicios que busca potenciar un consumo a corto plazo está llevando al planeta a una situación insostenible. El sistema económico vigente se desmarca diametralmente del ciclo de vida de la naturaleza y choca contra el desarrollo sostenible, enfocado al largo plazo. En la naturaleza no existen la basura ni los vertederos: todos los elementos cumplen una función de manera continua y son reutilizados para su aprovechamiento en diferentes etapas.
Entonces ¿Qué es la economía circular?
En primer lugar, tomando como ejemplo el modelo cíclico de la naturaleza, la economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción de los elementos: minimizar la producción al mínimo indispensable, y cuando sea necesario hacer uso del producto, apostar por la reutilización de los elementos que por sus propiedades no pueden volver al medio ambiente.
Es decir, la economía circular aboga por utilizar la mayor parte de materiales biodegradables posibles en la fabricación de bienes de consumo –nutrientes biológicos- para que éstos puedan volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales al agotar su vida útil.
Finalmente, en los casos que no sea posible utilizar materiales eco-friendly –nutrientes técnicos: componentes electrónicos, metálicos, baterías…- el objetivo será facilitar un desacople sencillo para darle una nueva vida reincorporándolos al ciclo de producción y componer una nueva pieza. Cuando no sea posible, se reciclará de una manera respetuosa con el medio ambiente.
Ventajoso para usuarios… y empresas
A diferencia de otros modelos económicos donde prima el aspecto económico por encima del social o medioambiental, la economía circular supone una sustancial mejora común tanto para las empresas como para para los consumidores.
Por tanto, las empresas que han puesto en práctica este sistema están comprobando que reutilizar los recursos resulta mucho más rentable que crearlos desde cero. Como consecuencia, los precios de producción se reducen, de manera que el precio de venta también se ve rebajado, beneficiando así al consumidor; no sólo en lo económico, sino también en la vertiente social y medioambiental.
Principios de la economía circular
Hay diez rasgos configuradores que definen cómo debe funcionar la economía circular:
El residuo se convierte en recurso: Es la principal característica. Todo el material biodegradable vuelve a la naturaleza y el que no es biodegradable se reutiliza.
El segundo uso: Reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores.
La reutilización: Reusar ciertos residuos o ciertas partes de los mismos, que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.
La reparación: Encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
El reciclaje: Utilizar los materiales que se encuentran en los residuos.
La valorización: Aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.
Economía de la funcionalidad: La economía circular propone eliminar la venta de productos en muchos casos para implantar un sistema de alquiler de bienes. Cuando el producto termina su función principal, vuelve a la empresa, que lo desmontará para reutilizar sus piezas válidas.
Energía de fuentes renovables: Eliminación de los combustibles fósiles para producir el producto, reutilizar y reciclar.
La eco-concepción: Considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción.
La ecología industrial y territorial: Establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de los flujos de materiales, energía y servicios.
Nueve de cada 10 argentinos quieren que el reciclaje de basura sea obligatorio.
Gentileza Diario Clarín
Plásticos, vidrios y papeles por acá. El resto por allá. Tener dos tachos de basura ya es una realidad en muchas casas, pero no en todas, porque 4 de cada 10 argentinos todavía no separa los residuos. Aunque eso no significa que no les parezca importante, sino todo lo contrario: el 93% piensa que reciclar debería ser obligatorio
Estos son algunos resultados de una encuesta de la consultora Opinaia entre 2.077 personas de todo el país, de 18 a 65 años. Su objetivo fue cuantificar el conocimiento, las prácticas y las opiniones de los argentinos en relación al reciclaje.
¿Cómo se recicla?
* Saber qué reciclar. Los envases plásticos que habitualmente usamos en nuestra casa u oficina se reciclan. Pueden ser de plásticos rígidos o plásticos flexibles, como los films. También son reciclables las bolsas plásticas.
* Mirar los paquetes. Un envase de plástico puede ser reciclado si tiene alguno de estos símbolos: un triángulo con flechas y un número adentro (que va del 1 al 7 para indicar el tipo de plástico) o una manito con pulgar para arriba que dice “reciclable”.
* Empezar por la cocina. Se puede reciclar botellas, sachets de leche y yogur, bolsa de pan, de papel de cocina, de azúcar, potes de yogur, crema, bandejas, bolsas plásticas.
* También en el baño. Son reciclables las botellas champú y crema de enjuague, envases de toallas femeninas y protectores diarios, entre otros.
* No olvidarse del lavadero. Se puede reciclar botellas de líquidos limpiadores o de lavandina.
Enjuagar, no lavar. “No es necesario lavarlos, no hay que consumir mucha agua y mucho detergente. Sino que apenas hay que hacer un enjuague”, aclara Ramos, en referencia a una duda frecuente.
* Dejarlos secar. Los envases deben estar lo suficientemente secos como para no mojar otros reciclables.
* ¿Dónde llevarlos? En la Ciudad, dejar los residuos en los contenedores verdes cercanos o a los “puntos verdes” que hay en plazas y parques. Otra opción es contactar a cooperativas de Recuperadores Urbanos.
Para 2025, se espera que los 567 millones de habitantes urbanos de Latinoamérica arrojen 671.000 toneladas de basura al día, un incremento de 25%.
La basura y la oportunidad millonaria en América Latina.
Gentileza estrategiaynegocio.net
Argentina tomó la delantera en América:a finales del año pasado, el saliente presidente Mauricio Macri emitió un decreto para facilitar las importaciones de desechos plásticos que alimentarán un naciente centro de reciclaje. Era un plan atrevido: Argentina, al igual que la mayoría de sus vecinos, tiene un pésimo historial en el manejo de sus desechos. Los grupos ecologistas han denunciado que Argentina se convertirá en el próximo China, un país inundado con plástico de baja calidad que simplemente terminaría en un incinerador. Ahora que los votantes han sacado a Macri del cargo por no haber logrado revivir la economía, se espera que el entrante presidente Alberto Fernández revoque el decreto.
El falso inicio de Argentina es una advertencia para los tecnócratas voluntariosos que quieren aprovechar la innovación sin un pacto o una salvaguarda política. “El decreto era un ejemplo prometedor de lo que podría ser una política de gestión sostenible”, asegura el exsecretario argentino de innovación y sostenibilidad Prem Zalzman. “Pero primero necesitamos establecer un consenso social a la vez que garantizamos que hay un buen monitoreo y una buena aplicación en práctica para evitar la importación de materiales peligrosos”.
Los latinoamericanos descuidan el reciclaje bajo su propio riesgo. La región tiene una tasa de recolección promedio de un loable 94% para la basura doméstica e industrial. Sin embargo, un tercio del recorrido termina en vertederos abiertos, lo que expone a 170 millones de personas a la contaminación, las plagas y las enfermedades. Solo alrededor de 10% de los desechos recolectados en toda la región se recicla, y gran parte del resto se convierte en humo. “Por cada cuatro toneladas de desechos tóxicos que se quema, se obtiene una tonelada de cenizas tóxicas”, asegura Melissa MacEwen, quien dirige el departamento de energía, medio ambiente y recursos en Chatham House.
El camino es una combinación de gobierno más inteligente, educación ambiental y asociaciones con el sector privado. Una serie de iniciativas están en marcha. En Guayaquil, Ecuador, los usuarios de transporte público pueden depositar sus botellas de plástico usadas en una máquina expendedora por aproximadamente dos centavos cada una, canjeables por tiquetes de autobús. Desde la década de 1980, Curitiba, una de las ciudades más verdes de Brasil, ha intercambiado alimentos por basura para mantener limpias las calles. Una ciudad argentina incluso ha experimentado con incentivos conductuales (charlas motivadoras y mensajes inspiradores) para alentar a los residentes a clasificar la basura doméstica para reciclarla.
Nueve de cada diez argentinos opinan que debería ser obligatorio separar y reciclar los residuos, en tanto que un 95% coincide con que en las escuelas debería haber una materia curricular que eduque sobre la temática, reveló hoy una encuesta sobre los hábitos en el país por el cuidado del medio ambiente.
El 91% considera que “la falta de políticas públicas es la principal causa que impide una mayor separación de residuos y el reciclado, sumado al 66% que también menciona a las marcas como responsables”, de acuerdo con el informe “Los Argentinos y el Reciclado”, difundido hoy por la Asociación sin fines de lucro Ecoplas.
La investigación, que abarcó 2.077 casos en todo el país, se realizó con el objetivo de dimensionar y cuantificar el conocimiento y las prácticas de los argentinos en relación con el reciclaje en general y en tres dimensiones temáticas: educación, gestión del reciclado y economía circular.
Dentro del segmento de los entrevistados que afirmaron no reciclar, cerca de 8 de cada 10 manifestaron que le gustaría separar residuos, pero que no lo pueden hacer por falta de infraestructura (42%), desconocimiento (19%) y por no tener tiempo (17%).
Además, apenas el 3% respondió correctamente todas las consultas relacionadas con actividades de reciclado y separación. En esta línea, la educación fue destacada como el método más efectivo para mejorar las prácticas de reciclado mediante campañas de concientización y comunicación (43%), así como la existencia de una ley que obligue y regule el reciclaje (30%).
El proyecto se extenderá seis años con un aporte de 1,9 millón de dólares a fin de fomentar el crecimiento económico, generar ingresos y empleos, reducir la pobreza y la desigualdad y fortalecer los fundamentos ecológicos de las economías, dijo la OIT.
La PAGE reunió al gobierno argentino y a cinco agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas (U) bajo el liderazgo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para avanzar hacia políticas y prácticas económicas sustentables y, en 2030, permitiría crear más de 24 millones de empleos verdes.
El secretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Sergio Bergman, aseguró que “el concepto de economía verde aún no fue asumido en la Argentina”, y se pronunció por la sanción de leyes que la impulsen y sostengan desde “lo fiscal”, porque esa iniciativa requiere de “un acompañamiento” de las carteras de Hacienda y Economía, afirmó.
La Alianza de Acción para una Economía Verde, fue presentada con el objeto de “avanzar en la promoción de la transición justa hacia una economía más sustentable”, en tanto el director de la Oficina de País para la Argentina del organismo laboral tripartito, Pedro Furtado de Oliveira, destacó la relación histórica del Estado argentino con aquella agencia especializada y la trayectoria empresaria y sindical.